Me invitaron a cenar porque tuve un problema con un compañero en el trabajo y terminé teniendo una aventura. Ese fue el secreto que decidí guardarme, pero mi suegra lo descubrió. Cuando me mostraron una foto como prueba, no pude escapar y seguí disculpándome. Arrozal. Desde entonces, comenzaron los días de agonía con el control de la eyaculación.